Los elementos de la música
Los elementos de la música
La música cuenta con cuatro elementos esenciales que son: el ritmo, la melodía, la armonía y los matices. El artista, a la hora de componer su música, combina estos cuatros elementos en diferentes formas con el fin de transmitir sentimientos a través de cualquier géneros y estilos de música que conocemos.
La melodía (del griego “Melodia”), normalmente, es el elemento principal de la música. Se refiere a una sucesión de sonidos alternados con momentos de silencio. Físicamente, hace referencia a la cualidad horizontal de las ondas.
La melodía sólo puede tener un sonido a la vez y estas pueden ser planas, es decir, los sonidos mantienen la misma altura, como por ejemplo en el rap, o bien pueden ser onduladas, variando su altura como en la mayoría de composiciones.
La Armonía, cuyo término deriva del griego ἁρμονία (la Diosa Harmonía), se compone de sonidos que se producen de forma simultanea generando así los acordes. Físicamente hace referencia a la cualidad vertical de una onda. La armonía es utilizada para crear distintas atmósferas y transmitir sentimientos adecuados a las necesidades de las composiciones, incluso puede llegar a transformar por completo el sentido de una melodía. La armonía es un arte y una ciencia al mismo tiempo, debido a que la combinación de sonidos sigue reglas inmutables establecidas.
El ritmo, del griego ῥυθμός rhythmós, se refiere a la división del tiempo en intervalos regulares, la organización de los pulsos (unidad que mide el tiempo en la música) y los acentos (el énfasis de un pulso) en la composición. Determina la forma en la cual el oyente percibe la estructura de la obra, impulsándolo a producir golpes con las manos o los pies cuando escucha una pieza musical que le gusta, determinando también el género de la composición musical. Podría decirse que el ritmo es el motor que impulsa la música.
Los matices enriquecen la obra musical dando distintos niveles de intensidad o de tiempo a la interpretación de una pieza musical. Se dividen en dinámicos y agógicos. Los matices dinámicos hacen referencia a los distintos grados de intensidad en que se pueden interpretar los sonidos y se expresan mediante las palabras italianas piano, forte, crescendo entre otras. Los matices agógicos son aquellos que indican el ritmo o la velocidad con la cual debe ser interpretada una parte o la totalidad de una obra.
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